lunes, 12 de mayo de 2014

Dimensiones Malditas. Capítulo 35 (Especial)

Capítulo Especial: Lágrimas de sirena (Parte 1: Tridente)

 El efecto del Tsukiyomi variaba según el usuario que lo sufría. Algunos vivían sus peores pesadillas, otros eran transportados a una dimensión de dolor y agonía. Pero, en otros casos, como el de Ariel y Odette, era revivir algunas de sus peores pesadillas. Concretamente, lo ocurrido apenas una noche antes de unirse a la Alianza.

-Ariel: Padre ¿Es cierto que te enamoraste de aquella mujer?
-Úrsula: Por supuesto, querida ¿Acaso crees que tu madre fue su único amor? No. El iba enamorando a las más hermosas sirenas y luego las olvidaba.
-Atenea: ¡No! ¡Eso no puede ser!
-Úrsula: ¡Abre los ojos, estúpida! Fue exactamente lo mismo que hizo conmigo.
-Tritón: Tú sabes perfectamente que nunca te amé.
-Úrsula: Oh ¡Qué duras palabras! Ni siquiera eres capaz de agradecerme que te reúna con tu antiguo amor.
-Tritón: Así que por eso elegiste este lugar como campo de batalla.
-Parténope: ¿Has sido capaz de destruir todo mi reino y matar a mi gente sólo para tender una trampa a Tritón? ¡Nunca te perdonaré, maldita bruja del mar!
Parténope se lanzó hacia Úrsula dispuesta a eliminarla, pero Kisame le cortó el pasó.
-Kisame: Te recuerdo que tú y yo aún tenemos un asunto pendiente.
Dijo mientras aún amenazaba a Atenea con su espada.
La ira y la rabia de la sirena creó una especie de energía con forma de espuma de mar, la cuál lanzó contra Kisame. Aquel demonio se desplomó casi sin energía, ya que aquel impacto había absorbido gran parte de su chackra, liberando así a la madre de Ariel. Por desgracia, Parténope también acabó exhausta por aquel ataque. A penas podía nadar.
Con la sirena de los mares del Norte debilitada, Úrsula aprovechó la ocasión para atrapar a las dos sirenas. Ariel intentó salvarlas, pero su padre la detuvo
 -Tritón: ¡Basta, Ariel! Úrsula, esta batalla es entre tú y yo. Ellas no tienen nada que ver.
-Úrsula: En eso estamos de acuerdo.
En ese momento, ante los impotentes ojos de las 3 sirenas, la malvada bruja del mar convirtió a Tritón en un alma en pena, y le robó el tridente.
-Ariel: ¡Papá!
Úrsula rió maliciosamente. Por fin tenía lo que quería. Pero la sirenita no se lo iba a poner fácil.
-Ariel: Mamá, cuida de papá.
-Athenea: ¡Espera, Ariel!
En esta ocasión, fue Parténope quien se interpuso.
-Parténope: Escucha, Ariel. Sé cómo te sientes, pero si te lanzas sin pensar, acabarás igual o peor que tu padre.
-Ariel: ¡No puedo dejar que esta bruja se salga con la suya!
-Parténope: Lo sé. Pero hay algo que me extraña en todo esto. Se supone que Úrsula sólo quería vengarse de Tritón. Pero entonces ¿Por qué no ha huido aún? Creo que sé lo que pretende.
-Úrsula: Jum... Nunca imaginé que supieras tanto sobre el tridente.
-Ariel: ¿A qué te refieres?
-Parténope: El tridente del rey del mar es un arma que puede controlar todo el poder sobre los mares. No obstante, existe un hechizo mediante el cual alguien puede absorber el poder del tridente y hacerlo propio.
-Úrsula: Sin embargo, hay una pega. El poder del tridente es demasiado poderoso para una sola persona. Tienen que ser dos los que absorban y controlen el poder del tridente. Es ahí donde entras tú sirenita. Tú y yo conseguiremos el poder.
-Ariel: Así que en eso se basaba el contrato que me ofreciste.
-Parténope: Escucha, Ariel. Dice la leyenda que quienes obtienen el poder del tridente, están destinados a luchar hasta la muerte. Y el vencedor, podra absorber el poder del vencido y convertirse en el ser más poderoso de los mares.
-Ariel: Ya suponía que Úrsula querría eliminarme. Pero el contrato decía que no dañaría a ninguno de mis familiares y amigos. No puedo dejar que os pase nada. Ya estuve a punto de destruir mi mundo una vez. Esta vez, seré yo quien les salve.
Ante la mirada de Athenea, Tritón, Sebastián, Flounder y Jean-Bob, Ariel firmó el contrato con Úrsula.
-Ariel: ¿Qué tengo que hacer?
-Úrsula: Espera a que la luna alcance el cenit. Entonces, ambas tomaremos el tridente, y pronunciando el conjuro, la magia hará el resto.
-Ariel: De acuerdo. No os preocupéis. No dejaré que os pase nada.
Partenope se encargó de pronunciar las palabras mágicas. Entonces, el tridente se convirtió en espuma de mar, y fue rodeando tanto a Ariel como a Úrsula.
Finalmente, el poder se introdujo en la mano izquierda de Ariel y el la derecha de Úrsula. Cada una tenía ahora una marca en forma de luna creciente.
-Úrsula: Sólo una de nosotras podrá obtener la marca de la luna completa. Hasta entonces, pequeña y dulce niña.
Úrsula y Kisame desaparecieron entre las ruinas, dejando allí a Ariel y los demás

CONTINUARÁ

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