viernes, 10 de enero de 2014

Dimensiones Malditas. Capítulo 28

Capítulo 28: Aurora

 Utena abrió los ojos en un lugar desconocido para ella. Era un bosque totalmente cubierto por la blanca nieve. La joven advirtió que iba vestida con el traje de la novia de la rosa, y a pesar de eso, no sentía. Pero Utena estaba muy preocupada por lo que pudiera haberle ocurrido a Anthy, así que cogió su espada y se fue a explorar el bosque. No había caminado mucho cuando escuchó un extraño sonido. Inmediatamente blandió su espada por si entre las sombras aparecía algún peligro.
-Utena: Sé que estás ahí. Será mejor que salgas o te haré salir yo.
Fijándose un poco descubrió que quien la esperaba en la espesura del bosque, no era otro que Toga Kiryu, vestido con un elegante traje blanco, a juego con la nieve que les rodeaba.
-Utena: ¿Dónde te habías metido, Toga? ¿Dónde están Jury y Himemiya?
 Pero Toga no respondió. El suelo que pisaba estaba cubierto de manchas rojas, parecía sangre. Cuando el presidente del consejo se acercó un poco a Utena, mostró que aquella sangre salía de su brazo.
En cuanto Utena vio la herida del brazo, se dio cuenta de que su espada estaba teñida de sangre.
-Toga: ¿Por qué lo has hecho? ¿Es cierto que ya me has olvidado? ¿Acaso me odias hasta tal punto?
-Utena: ¡No digas tonterías! Toga, dime quien te ha hecho esto, te juro que...
 Antes de que pudiera terminar de hablar, Toga desapareció lentamente.
-Toga: ¿Por qué me odias, Utena?
-Utena: ¡No! ¡Espera! ¡Togaaaaaa!
 En ese momento, Utena abrió un poco los ojos, todo ello había sido un sueño. Intentó levantarse, pero no era capaz. Pronunciando el nombre de Toga entre sollozos, sus ojos se volvieron a cerrar.
 Sailor Mars y Sailor Venus recorrían aquella misteriosa e interminable cueva en busca de Sailor Moon. Finalmente la encontraron. Sailor Moon y Utena estaban atrapadas en un tallo gigante repleto de espinas de la rosa negra.
 -Sailor Venus: ¡Maldición! ¿Qué podemos hacer para salvarlas?
-Sailor Mars: De momento, destruiremos esa planta.
Sailor Mars lanzó algunos de sus sellos sobre el tallo, pero fue inútil. Justo cuando Venus se disponía a atacar, unas lianas las atraparon.

 Sólo que estas eran diferentes a las que habían visto hasta ahora. No producían un sueño eterno, si no que absorbían la energía de quien rodeasen. El poder de Mars y Venus les iba a ser arrebatado en cuestión de segundos.
 La princesa Elena atendía a la misteriosa flor.
-Elena: ¿Princesa Aurora? ¿Qué quieres decir?
Poco a poco se advirtió que la rosa iba formando un rostro.
Es imposible que me equivoque, pues tu esencia es evidente. Cabellos dorados cual rayo de sol; Rojos labios cual carmín. El sueño de tu alma por fin ha concluido.
 Elena no comprendía lo que significaban las palabras de la rosa negra, pero, entonces, se formó una imagen ante ella. Era la imagen de un joven herido. Lo primero que le vino a la cabeza al ver a ese hombre, fue Taron. Aunque se notaba que no era él, tenía cierto parecido que no se notaba a simple vista.
 -¿?: Esperaba no tener que ver esa imagen tan horrible nunca más.
Elena se giró asustada para ver de dónde procedía aquella voz. Aquella dama era la más hermosa que había visto.
-Elena: ¿Quién eres?
-Aurora: Me llamo Aurora. Me gustaría saber qué hago aquí. Esperaba no tener que volver nunca a este lugar.
 Mas este es vuestro lugar, querida princesa. La presencia de esa mujer es demasiado fuerte, ha llegado el momento de completar lo que en su momento no se terminó.
 Inuyasha, Kagome, Mulán y Shang caminaban sin rumbo, en busca de una salida, cuando Inuyasha notó un terrible olor que le resultó familiar.
-Maléfica: Por fin habéis llegado. Medio demonio, es el momento de acabar lo que empezamos en el castillo
-Inuyasha: Bah. Por mí perfecto. Será pan comido acabar con alguien como tú.
-Mulán: ¡Espera, Inuyasha! Si ella quiere que ataques es evidente que se trata de una trampa.
-Inuyasha: ¿Y a mí qué? Si es una trampa me limito a acabar con ella de un sólo ataque y se acabó ¡VIENTO CORTANTE!
 El ataque de Inuyasha se dirigía rápidamente hacia Maléfica, así que ella levantó su bastón y generó una extraña luz que absorbió el viento cortante.
-Kagome: ¿Ha creado una barrera?
Convencido de que podría romper la barrera, Inuyasha volvió a lanzar el viento cortante, pero esta vez no salía nada.
-Maléfica (pensando): Realmente ha sido muy útil lo que me ha dado esa mujer. Según ella, su caracola absorbe las voces. Es cierto que al combinarlo con mi bastón puede absorber ataques. Esa tal Vanessa me ha sido realmente útil, tendré que ir con cuidado con ella.
-Maléfica: Me temo que ahora me toca atacar a mí ¡VIENTO CORTANTE!
 El viento cortante de Maléfica creó una gruta en el suelo por la que cayeron Inuyasha y Kagome, pero justo cuando Mulán y Shang se dirigían a ayudarles, la gruta se cerró, dejando a Mulán y a Shang a solas con Maléfica.
-Inuyasha: Esa maldita bruja ¡Acabaré con ella!
-Kagome: Inuyasha, noto la presencia de la esfera de los 4 espíritus. Está muy cerca.
-Inuyasha: ¿La esfera? Si es cierto, Naraku también estará por aquí. Acabaremos antes con todo este asunto si nos encargamos nosotros que si vamos a buscar a los demás.
-Kagome: Pero luchar contra Naraku sin el viento cortante es demasiado peligroso. Además, estoy preocupada por Mulán y Shang.
 -Inuyasha: Tienes razón. En ese caso, iremos a buscarles y después nos encargaremos de destruir a Naraku y a la esfera para siempre.
Mientras tanto, Shan Yu aparecía en escena.
-Maléfica: ¿Estás seguro de que sabes lo que hay que hacer?
-Shang Yu: Sí, es una tarea sencilla. Puedes marcharte.
-Maléfica: Está bien. Hasta la próxima.
Shan Yu atacó con la espada a Mulán y Shang, pero parecía que todavía no se había acostumbrado del todo a su cuerpo. Sus movimientos eran muy lentos, vencerle no suponía ningún problema para Mulán y Shang. Sin embargo, los movimientos que requería la lucha, reabrieron la herida que Mulán se hizo en el castillo de Maléfica. Al ver un poco de sangre en el brazo de su enemiga, Shan Yu se apartó satisfecho.
-Shang: ¿Qué ocurre? ¿Te rindes?
-Shan Yu: Jaja. No exactamente, simplemente le otorgaré a otra persona el honor de derrotarte
-Shang: ¿Qué quieres decir?
El jefe de los hunos lanzó su espada hacia Mulán, quien mostraba unos ojos amenazadores. Acto seguido, la joven cogió la espada y atacó a Shang con ella.
Shang esquivó el ataque. Estaba asustado y sorprendido ¿Por qué su esposa le atacaba?
Shan Yu observaba aquella escena con una mirada de regocijo. Pensó que sería una buena idea explicarle la situación a Shang antes de que muriera:
La flecha que hirió a Mulán en el castillo, contenía un poderoso veneno, eso fue algo que pudieron ver gracias al ojo blanco de Neji. Pero lo que no sabían, era que el veneno estaba guardado en unos pequeños recipientes de cristal. Al herir a alguien con esa flecha, podían hacer que el cristal controlase la mente de la víctima, y así conseguir que cumpliera todas sus órdenes. Pero, en el caso de que la víctima intentase desobedecer, la presión que se ejercería contra el cristal, haría que se rompiese, dejando que el mortal veneno corriese libre por las venas de la víctima. En cuanto el veneno alcanzase el corazón de la víctima, moriría. En el caso concreto de Mulán, si no eliminaba a Shang, el veneno la mataría con el amanecer.
Mientras, lejos de allí...
-Helena: ¿Realmente eres la princesa Aurora? Eres tan hermosa como en las historias que me contaron sobre ti.
-Aurora: Gracias, querida. Mas me temo que mi belleza carece de importancia en esta ocasión. No sé por qué ella me ha permitido volver ¿Qué querrá de mí?
Princesa Aurora, es necesario que volváis a ver a esa mujer. Ella podrá guiaros a la libertad. Ahora mismo se encuentra con vuestro príncipe.
-Aurora: ¿Felipe está quí?

CONTINUARÁ

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